Hemos oído en multitud de ocasiones la frase: lo importante es tener salud, ya que sin salud lo demás carece de valor. Pero…¿qué hacemos para que esa afirmación tenga coherencia con nuestra vida diaria y qué aportamos para que se cumpla? ¿Cuáles son las repercusiones del estrés en la SALUD?
En otros artículos como estrés laboral, catástrofe mundial o estoy estresado por los exámenes tengo algunos apartados en los que se citan algunos efectos y síntomas del estrés.
En esta ocasión quiero profundizar un poco más en este amplio tema.
Recuerda que cualquier cambio a nivel mental y físico afecta al resto del organismo, todo está conexionado de una u otra forma.
La respuesta de estrés nos salva de ser comidos por un depredador pero nos enferma cuando las preocupaciones duran un tiempo prolongado.
Los cambios que puedas hacer hoy repercutirán en el resto de tu vida y esos cambios pueden ir a mejorar.
ESTRÉS Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
ESTRÉS Y CORTISOL
Un simple pensamiento puede activar los componentes de respuesta de estrés a través de la vía hormonal.
Por ejemplo, un estado psicológico anticipatorio puede activar la secreción de glucocorticoides como el cortisol también llamada hormona del estrés.
EL ESTRÉS MATA
Un estrés psicológico crónico acaba causando enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en el mundo.
La respuesta de estrés cardiovascular hace que el corazón y los vasos sanguíneos trabajen más durante un periodo de tiempo, y si esto se repite de forma regular, se desgastan más de lo “normal”.
El primer síntoma en el camino de la enfermedad asociada al estrés es la hipertensión (presión sanguínea elevada de forma crónica). Con el aumento crónico de la presión sanguínea la fina capa interna de los vasos sanguíneos comienza a agujerearse produciendo una respuesta inflamatoria. Durante el estrés se moviliza, entre otras cosas, grasa, glucosa y colesterol malo hacia la corriente sanguínea.
Por lo tanto, el estrés crónico puede causar además de hipertensión aterosclerosis.
Si al estrés social se le suma una dieta rica en grasas, la formación de placas se dispara aumentando radicalmente las probabilidades de producirse enfermedades coronarias.
El problema surge cuando se activa con bastante frecuencia la respuesta de estrés cardiovascular y se tiene problemas para desactivarlo.

MUERTE SÚBITA.
Existen estudios en los cuales se afirma que una fuerte emoción negativa duplica el riesgo de sufrir un infarto en las dos horas siguientes.
Se han identificado una serie de acontecimientos que parecían estar relacionados con la muerte súbita como por ejemplo: el colapso nervioso o la amenaza de pérdida de alguien querido, una pena honda; la pérdida de estatus o de autoestima; el dolor por la muerte de un ser querido; un peligro personal; amenazas de lesiones; el triunfo o la extrema alegría,…
Aún así, las causas reales son difíciles de estudiar.
Lo que sí se sabe, es que la muerte súbita tiene mayores probabilidades de aparición en personas con tejidos cardiacos dañados más que en tejidos sanos. Se puede producir sin tener un historial de enfermedades coronarias; pero, en esos casos la autopsia demuestra la existencia de un alto índice de aterosclerosis.
Existen casos misteriosos de víctimas de muerte súbita por paro cardíaco con edades de unos treinta años y cuya autopsia no revelan signos de ateroma.
MUERTE POR PLACER
Anteriormente cité que dentro de los acontecimientos que parecían estar relacionados con la muerte súbita, uno de ellos es el triunfo o la extrema alegría, y así es.
La cólera y la alegría extrema comparten ciertas características en lo que se refiere al sistema cardiovascular, es decir, poseen efectos similares.
Las emociones diametralmente opuestas tienen bases fisiológicas muy similares.
ESTRÉS Y MUJERES
Aunque las estadísticas indican que los hombres sufren más ataques al corazón que las mujeres, las cardiopatías son la principal causa de muerte entre las mujeres.
El índice está subiendo entre las mujeres y descendiendo en los hombres. Dada la misma gravedad del ataque cardíaco, las mujeres tienen el doble de probabilidades de quedar discapacitadas que los hombres. Esto es debido a que las mujeres sufren los ataques cardíacos, de media, diez años después y esto hace que sea menos probable su recuperación.
Existen varios factores que contribuyen al aumento de cardiopatías en las mujeres: la obesidad, el tabaquismo y el estrés.
El estrés incrementa en las mujeres el riesgo de enfermedades cardiovasculares debido al exceso de agitación del sistema nervioso simpático, demasiada secreción de glucocorticoides y la reducción de estrógeno.
ESTRÉS Y ALIMENTACIÓN
El estrés cambia las pautas de alimentación, en algunas ocasiones el estrés hace que comamos más (se calcula que en unos dos tercios de las personas) y en otras que coman menos. Lo que está claro es que el estrés influye en el apetito pero no se sabe el por qué lo hace en sentido opuesto dependiendo de las personas, aunque uno de los factores que se han descubierto es que la clase de agente estresante es clave para que el resultado sea comer más o menos en situaciones de estrés.
Los glucocorticoides producidos por el estrés no sólo aumentan el apetito, sino que, para recuperarse de la respuesta de estrés también incrementan las reservas de comida ingerida. Y generalmente esas reservas se almacenan en la cintura abdominal.
El aumento de las reservas en la cintura abdominal aumenta el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Consumir una gran cantidad de comida “consoladora del estrés” y almacenarla en forma de grasa abdominal es un reductor del estrés.
Gastamos entre un 10 y un 20 por ciento de nuestra energía en la digestión. Durante el estrés la digestión se interrumpe con rapidez.

ESTRÉS Y TRASTORNOS GASTROINTESTINALES
Existen principalmente dos tipos de trastornos gastrointestinales, los orgánicos (por ejemplo úlcera péptica) y los funcionales. En los orgánicos se encuentra algo erróneo (un agujero, una inflamación descontrolada del tejido,…) pero en los funcionales no se encuentra el problema. Pues bien, estos últimos son muy sensibles al estrés.
ESTRÉS Y DIARREA
Dentro de los trastornos funcionales se encuentra el síndrome de intestino irritable que implica dolor abdominal sobre todo después de la comida y síntomas como diarrea o estreñimiento, mucosidad, inflamación y distensión abdominal.
Los eventos fuertemente estresantes y crónicos hacen que incrementen el riesgo de que aparezcan los primeros síntomas del síndrome de intestino irritable y que empeoren los existentes.
El estrés aumenta las contracciones del colon, implica que el colon sea demasiado contráctil y que produzca diarrea.
Recordemos que el sistema nervioso simpático es responsable de las cada vez más largas contracciones intestinales durante el estrés y las personas con síndrome de intestino irritable tienen un sistema nervioso simpático hiperactivo.
Por lo tanto, el estrés continuado se puede asociar con el síndrome del intestino irritable.
ESTRÉS Y ÚLCERAS PÉPTICAS.
Una úlcera es un agujero en la pared de un órgano. Las úlceras del estómago o de órganos adyacentes se denominan pépticas, las del estómago también se denominan gástricas, un poco más arriba del estómago son úlceras de esófago y las que se hacen en el límite entre el estómago y el intestino son las duodenales.
Se ha calculado que entre el 30 y el 65 por ciento de las úlceras pépticas obedecen en parte a factores psicosociales (estrés). El problema es que el estrés hace que la gente beba y fume más, y podría pensarse que la úlcera aparece por esos factores de riesgo. Eliminando estos factores de riesgo también aparecen úlceras pépticas en ambientes estresantes.
Como breve conclusión en relación a las úlceras pépticas y el estrés, podemos decir que el estrés no hace que se formen úlceras pépticas, pero aumenta la probabilidad de que los factores biológicos (bacterias, virus, toxinas, mutaciones) la provoquen debido a la bajada de defensas provocada por el estrés.

¿QUÉ PODEMOS HACER FRENTE AL ESTRÉS?
De todo lo escrito hasta ahora, quiero que te quedes con la idea de la importancia de reducir el estrés para mantener la salud y mejorar tu calidad de vida.
La Asociación Americana de Psicología (APA) cita una serie de recomendaciones para reducir el estrés, sobre todo si se tiene hipertensión arterial y otras enfermedades del corazón:
- Identifique la causa. Usted puede encontrar que su estrés surge de algo que es fácil de corregir. Un psicólogo puede ayudarle a definir y analizar estos estresantes y a desarrollar un plan de acción para lidiar con ellos.
- Vigile sus estados de ánimo. Si usted se siente estresado durante el día, escriba qué lo causó, junto con sus pensamientos y estado de ánimo. Nuevamente, usted puede encontrar que la causa es menos seria de lo que pensó en primera instancia.
- Haga tiempo para usted al menos dos o tres veces a la semana. Aún diez minutos al día de «tiempo personal» le puede ayudar a refrescar su visión mental y reducir o detener los sistemas de respuesta al estrés que tiene su cuerpo. Apague el teléfono, pase tiempo solo/a en su habitación, haga ejercicios, o medite.
- Aléjese por un momento de la situación cuando siente coraje. Antes de reaccionar, tome tiempo mentalmente para calmarse, contando hasta diez. Entonces observe la situación nuevamente. El caminar u otras actividades físicas le ayudarán a liberar presión.
- Analice su horario. Estudie sus prioridades y delegue las tareas que pueda. Por ejemplo, comparta responsabilidades en el hogar. Elimine tareas que debería hacer pero no son indispensables.
- Establezca estándares razonables para usted y los demás. No espere perfección.
Si quieres proponer algún tema relacionado con el Yoga, la meditación, el estrés o la ansiedad puedes rellenar el formulario que aparece más abajo o desde la página de contactar.
Y recuerda, el presente es el único momento en el que la vida existe.